Primer Práctica Conjunta 2024

El viernes 29 de marzo el Oshima Dojo, en el Bodegón II, recibió la visita de Martín Miguel (6º Dan) quien comenzó su práctica de Karate-Do en nuestro tradicional Dojo del Pabellón de Deportes del Círculo Militar en 1999,   y un vez radicado en Japón, es desde hace 14 años alumno directo de Tsuchiya Sensei en el Hombu Dojo de la ciudad de Odawara.

Invitados por Taborda Sensei, practicantes de todas las sedes y de distintas graduaciones (danes y kyus avanzados), compartieron durante más de dos horas las explicaciones prácticas y observaciones teóricas sobre la actitud con la que se debe llevar adelante el entrenamiento del Karate del Maestro Tsuchiya.

Como bien señaló Martín Miguel, citando las precisiones brindadas por el Fundador del Estilo, nuestro karate se encuentra en permanente evolución, lo que requiere una práctica disciplinada, constante y con una mentalidad abierta que permita, una vez alcanzado el dominio técnico de los conceptos básicos, comenzar a explorar las alternativas posibles para expandir esa base.

Donde más y mejor se vivencia esta dinámica de evolución, es en la práctica integral de katá y sus bunkai kumité, aspectos donde demostró, cómo luego de consolidar la aplicación básica de las combinaciones que muestra cada katá, se puede tender hacia un mejor manejo de ellas, ejercitándolas a mayor velocidad y acercándolas a situaciones de combate, que permitan llegar a emplearlas en contextos de kumité libre (Jiu kumité)

Pero ese no es el fin del camino de evolución; por el contrario, es sólo el principio.

Según transmitió y demostró en la práctica, desde el conocimiento y dominio de los bunkai básicos, comienza un segundo estadio del desarrollo técnico, en que puede comenzarse a explorar otros significados que contengan las combinaciones que muestran las katá, interpretándolas como técnicas alternativas que siguiendo las secuencias básicas, permitan efectuar otro tipo de variantes de aplicación que amplíen nuestras posibilidades ante la necesidad del  combate.

Este camino, no supone un cambio, sino la evolución de nuestro karate; es decir, nada de lo que pueda hallarse en la búsqueda reemplaza o es mejor que lo anterior, sino que todo lo nuevo resulta de nuestro crecimiento a partir de los conocimientos básicos adquiridos y consolidados.

De este modo, siempre procurando ejecutar las secuencias con fluidez, se comienzan a encontrar asociaciones entre bunkai de distintas katás, dando paso a la percepción de que el karate es solo uno, con múltiples posibilidades tanto en katás básicas de aprendizaje, como en las más complejas y antiguas.

Esta manera de afrontar la práctica, amplía las posibilidades técnicas de una manera casi ilimitada.

También resaltó cómo las diferencias técnicas y físicas entre los distintos practicantes, sea por su antigüedad en el camino, o por sus condiciones personales, deben canalizarse de manera que cada uno pueda maximizar sus habilidades, al tiempo en que minimice sus debilidades o limitaciones. Eso hace que cada uno, siempre dentro del Estilo, desarrolle más su propio karate, encontrando nuevas formas de ver y utilizar los recursos técnicos con los que cuenta.

En definitiva, este camino, permite alcanzar la “libertad en la práctica” que siempre destaca Tsuchiya Sensei, ya que cada uno desde lo conocido, puede iniciar un camino de investigación y búsqueda que le permita emplear las técnicas no como un fin en sí mismas, sino como el medio para llegar al mejor modo posible de resolver una situación. Conforme se dijo en la clase: cada molde de katá, es sólo un molde, y el desarrollo de la práctica permite interpretar ese molde de manera fluida, modificándolo según la necesidad concreta para aplicarla a la resolución de la situación que se afronte.

Según la síntesis realizada por Martín Miguel y Taborda Sensei al término de la jornada, el desafío consiste en poder “abrir la cabeza” para que a través del volumen de práctica y luego de consolidar los aspectos básicos, cada uno pueda iniciar su camino de desarrollo, y lograr el mejor resultado posible según su potencial y la hipótesis de uso que enfrenta.

Toda la práctica tuvo lugar en un ambiente marcial, de seriedad y respeto, que a la vez estuvo impregnado por la simpleza y generosidad de Martín, y la naturalidad con la que todos los participantes presentaron sus inquietudes, y aceptaron con confianza las sugerencias y correcciones efectuadas, materializando de manera cabal en un encuentro, todos los valores que constituyen la identidad del Oshima Dojo, conforme nos fueron y son transmitidos por Oshima Sensei y por Taborda Sensei desde nuestra primera clase.

Finalizada la actividad, todos los intervinientes compartieron la cena, donde en un ambiente más distendido, pudieron interactuar con nuestro visitante, recibiendo consejos y anécdotas sobre su vínculo cotidiano con Tsuchiya Sensei, a quien definió como “un joven de 91 años” que permanentemente entrena y enseña con alegría, planteando el desafío de interpretar su karate como una disciplina en permanente estudio y evolución, e invitando a sus discípulos a que en cada clase, practiquen con mentalidad abierta que los conduzca a la superación constante.

Un enorme desafío, y al mismo tiempo un camino apasionante que nos anima a seguir avanzando dentro y fuera del Dojo.-

Oshima Dojo – ©MMXXI

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