El lunes 28 de agosto a partir de las 18.00 hs., tuvo lugar una nueva práctica conjunta del Oshima Dojo, en la sede Círculo Militar. Esta vez se trató de una ocasión particularmente especial, ya que al término de la actividad Taborda Sensei hizo entrega de las más recientes categorías otorgadas por el Maestro del Estilo, Tsuchiya Sensei.
Durante la clase, se desarrolló el entrenamiento de diversas katás distintivas del Estilo Tsuchiya Ryu, haciendo realidad el “ambiente de karate en el Dojo” como destacara Taborda Sensei, y poniendo de resalto la alta calidad técnica y el nivel de exigencia que cada uno de los concurrentes pudo demostrar, conforme las habilidades adquiridas en cada categoría.
Antes del cierre de la jornada, tuvo lugar la entrega de los diplomas enviados desde Odawara (Japón) por Sensei Hideo Tsuchiya, Maestro fundador del Estilo, documentando las últimas categorías reconocidas a practicantes del Oshima Dojo.
Así, Luis Aversano, uno de los más antiguos alumnos de Oshima Sensei, que inició su práctica en 1974 y luego de un tiempo de ausencia retomó la actividad con entusiasmo; recibió merecidamente el reconocimiento a su esfuerzo y constante colaboración con las actividades del Dojo: la graduación de 1º Dan.
En segundo lugar, la distinción llegó a nuestro querido compañero Juan Ricardo Guzmán, quien es el discípulo más antiguo de Tsuchiya Sensei que continúa en actividad, además de un gran practicante y colaborador en la enseñanza, que recibió su diploma de 4º Dan.-
Por último, y luego de muchos años, nuestros dos más importantes referentes, recibieron la promoción a la más alta categoría de nuestro Estilo en Buenos Aires-Argentina, prestigiando así la tradición del Oshima Dojo.
Nicolás Esteban Taborda, luego de 36 años de práctica en los que se forjó en el karate, viviendo momentos gratos y complejos en su camino como karatista, hizo carne el lema de “soportar lo insoportable” y alcanzó el grado de 6º Dan.
Del mismo modo, Héctor Alfredo Muramatsu, con sus 40 años de práctica, primero en el Ateneo de la Juventud, y luego sumándose al Círculo Militar; recorrió su camino con una dedicación disciplinada tanto en el estudio del karate, cuanto en su enseñanza, lo que constituye un ejemplo a seguir. El premio a esa constancia, se cristalizó en su certificación como 6º Dan.
Ha sido una jornada de práctica y celebración, que nos alienta a seguir adelante, con exigencia personal, y al mismo tiempo con alegría; sabiendo que la persistencia en el camino es la garantía para llegar al éxito en el crecimiento de nuestro Karate y en la preservación de las enseñanzas de nuestros Maestros y su transmisión a las generaciones venideras.
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